Sábado, 06 de Septiembre de 2025 |

Las bicicletas para “esos locos bajitos”

Texto: Kepa Lizarraga Martes, 16 de Julio de 2024

Uno de los regalos más valorados en la infancia y juventud es una bicicleta.
Es imposible olvidar cómo era la primera que tuvimos.
Y es muy importante que meditemos bien esa compra, ya que la seguridad, la salud y la comodidad de esas personitas que la manejarán depende de que nuestra elección sea correcta.

Comencemos a tomar consciencia de la situación: sin irnos a topes de gama, las personas adultas, con un peso  medio de unos 70 kilogramos, por ejemplo, adquirimos y manejamos bicicletas de unos 15 kg de media, aproximadamente.


Eso nos indica que por cada kilo de peso nuestro tenemos que mover 214 gramos de bicicleta.


¿Qué ocurre cuando trasladamos esa reflexión al mundo infantil?

Si consultamos las tablas de crecimiento de la Fundación Orbegozo, veremos que a los 5 años de edad, el peso medio de los niños es de unos 18 kg y el de las chicas, de 17,5 kg.
Con esa edad, las bicicletas más adecuadas pueden ser las de rueda de 16” a 18”, y su peso medio está en torno a los 10 kg.
Al hacer el mismo cálculo realizado para adultos, vemos que, en promedio, estas criaturas tienen que hacer rodar unos 556 gramos de bici por cada kilo que pesan. 
¡Más del doble que una persona adulta!
A los 10 años los niños pesan unos 32 kg, y las niñas, unos 34 kg y, por su talla media puede ser adecuada la compra de bicicletas de 24” de rueda, cuyo peso medio es de unos 15 kg.

 

¿Cuántos gramos de bici por cada kilo de peso propio deberán manejar en ese caso?


El cálculo aproximado nos dice que serán unos 455 gr. 
Es decir: de nuevo más del doble de lo que llevaría una persona adulta.
Cuando pretendemos que niñas y niños nos acompañen en nuestros paseos, debemos tener en cuenta esa enorme desproporción.
Moverse en bicicleta les cuesta mucho más que a nosotros.
Cierto que al comprar la bicicleta, al igual que al comprar ropa o calzado, sabemos que su duración será breve, dada la gran velocidad a la que crecen a esas edades.
Pero debemos tener imaginación.
Un buen cuadro ligero puede serles útil durante varios años. 
Es suficiente con ir cambiando la longitud de la tija del sillín y la del manillar, así como la potencia de éste.
Esas piezas, con su amplia capacidad de regulación, nos permitirán que la bicicleta se vaya adaptando al crecimiento y resulte rentable hacer esa primera compra algo más cara.
Además de la talla, hay otros detalles importantes a revisar:
Por ejemplo, la fuerza necesaria para accionar las manetas de freno.
Las más básicas pueden resultar demasiado duras para sus manitas, y no es buen plan verles incapaces de parar cuando bajan una pendiente.
Algo similar, aunque menos arriesgado, es que les cueste cambiar de desarrollos, así que también debemos comprobar ese detalle al decidir la compra.
Si somos “manitas” o contamos con un buen taller mecánico, esos frenos y cambios de calidad podrán ser montados sobre futuros cuadros, haciendo que lo caro resulte barato, en lugar de a la inversa.
Y también podemos vender lo que nos queda pequeño y recuperar parte de lo invertido.
No acaban ahí los aspectos a controlar en la compra de esa primera bicicleta.
En un periodo de aprendizaje, como el que nos ocupa, es importante que todos los elementos  con los que puedan impactar el tierno cuerpo de estas personitas estén bien protegidos.
Los extremos de las manetas de freno, los del manillar, o cualquier saliente de la tija del manillar, por citar algunos ejemplos, deben estar rematados por topes elásticos que amortigüen  cualquier caída sobre ellos.
Y no olvidemos añadir detalles como reflectantes, banderines o luces para mejorar su visibilidad.


 

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