
“Que cualquier aficionado pueda sentirse profesional algún día”. Esa frase e idea tan simple, pero difícil de ejecutar, fue el germen hace 10 años de la creación de Mussara, una marcha cicloturista que nació como tal y que con el transcurso de los años se ha convertido en toda una familia de eventos.
“En 2014 ya había marchas, pero eran pocas y muy centradas en clubs” rememora Mauro Llorens, director de Mussara entonces y ahora director de eventos de RPM Sports, empresa organizadora en la actualidad de Mussara. “Sentíamos que no se trabajaba todo lo que rodea al propio evento. Así que decidimos crear una prueba que mantuviera esa pasión por el ciclismo, pero que también apostara por los servicios y con una imagen más cuidada” afirma convencido el propio Mauro. De esta forma tan vanguardista en sus pretensiones, nació esta prueba que aún mantiene esa filosofía primigenia del “profesionalmente amateurs”, cualquier persona que participe en la prueba sienta lo que es estar en una etapa de una carrera World Tour.
La primera edición de la marcha, celebrada en las tierras catalanas del Baix Camp, enseñó ya diferencias con el resto al contar con una feria el día anterior al evento, presencia de marcas vinculadas al ciclismo profesional y el maillot inconfundible de la prueba, obligatorio para participar. “Esto es una marcha y somos todos del mismo equipo” subraya Llorens.
Desde entonces Mussara ha crecido tanto en participación como en número de pruebas. En la actualidad hay cuatro, empezando por el evento más clásico Mussara Donostia-San Sebastián, una marcha que une belleza, puertos cortos pero duros y a veces aclimatología a veces adversa, mitigada por el calor de los aficionados.
En calendario la sucede Mussara Salou, el “buque insignia” de la marca que este 2024 se traslada desde Reus a Salou, un lugar de la Costa Brava ideal para el cicloturismo por sus hoteles, paisajes y la gran cantidad de actividades en la zona.
En un registro completamente diferenciado, Mussara 24H apela al gen competitivo, pura ultrarresistencia a celebrarse en el mítico circuito de Montmeló. Pinganillos, estrategia, rodillos y una convivencia en boxes donde los participantes comen, duermen y sprintan juntos.
Por último, Mussara Girona All-Road, donde el ambiente festivo constante está asegurado con muchas distancias de gravel y con un crónometro que carece de importancia.
En este décimo aniversario de Mussara, el espíritu original sigue en pie con amantes de la bicicleta que cuentan este año con el Club, un espacio lleno de ventajas, ofertas y experiencias únicas en cualquiera de las cuatro pruebas indicadas con anterioridad. “Nuestra comunidad nos ha hecho ser quiénes somos y hay que tener un reconocimiento con ellos” afirma desde la organización Mauro Llorens que pretende en el futuro crecer poco a poco en ciudades y entornos claves del ciclismo para que los aficionados no tengan que hacer muchos kilómetros y disfrutar así de una Mussara que mantiene el espíritu original de hace 10 años.