
En los últimos años, nuestras ciudades han presenciado un creciente interés por recuperar la bicicleta como un medio de transporte conveniente, ágil, cómodo y respetuoso con el medio ambiente. Esta tendencia ha sido impulsada por la aprobación de la Estrategia Estatal de la Bicicleta y el apoyo de organizaciones ciclistas y ecologistas, quienes promueven políticas públicas relacionadas con la bicicleta.
En el marco de la presidencia española del Consejo Europeo, se espera que se cierren importantes procesos que tienen un gran potencial para el uso de la bicicleta. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha establecido la revisión del Reglamento de la Red Transeuropea de Transporte y el “Greening Transport Package” como prioridades durante este periodo. Además, la firma de la Declaración Europea de la Bicicleta y el desarrollo de una estrategia ciclista europea son pasos importantes hacia la promoción de la bicicleta como medio de transporte sostenible.
La contaminación del aire sigue siendo el principal riesgo ambiental para la salud en España y en Europa en general. Esta problemática afecta a todas las personas, pero especialmente a los grupos más vulnerables, como las infancias y las personas mayores. Una normativa actualizada sobre calidad del aire contribuiría a alcanzar los objetivos establecidos para el 2030 y tendría beneficios adicionales para abordar la crisis climática, garantizando así una mejor salud social y calidad de vida.
Tras un vuelco político en elecciones centradas en lo nacional más que en lo local, algunas nuevas administraciones han generado controversia al anunciar la reversión de proyectos financiados por la Unión Europea y la revisión de infraestructuras en ciudades que han avanzado en transformaciones de movilidad y espacio público. Estas ciudades, como Valencia, Valladolid, Logroño, Gijón y Barcelona, han seguido el rumbo de importantes cambios en ciudades europeas, como la reordenación del viario en París, Londres, Bruselas y Viena, los carriles bici emergentes en Alemania y las Calles Abiertas en Milán.
Sin embargo, estas ciudades también han enfrentado campañas judiciales y resistencias políticas que se oponen a los avances en movilidad y sostenibilidad. Algunos grupos han aprovechado estas reformas para capitalizar el descontento de la población, poniendo en peligro los avances logrados. Además, la reversión de los carriles bici resulta técnicamente difícil en ciudades que han implementado sistemas modernos unidireccionales en línea con los estándares europeos de seguridad vial.
Es importante tener en cuenta que la mayoría de estos proyectos en curso dependen de los fondos europeos de recuperación Next Generation, y la necesidad apremiante de abordar el desafío de la emergencia climática que nos afecta. Revertir los avances en sostenibilidad plantearía dificultades, considerando la dependencia de estos fondos y la urgencia de abordar el cambio climático.
Es crucial proteger y promover la salud en nuestras comunidades, y la contaminación del aire juega un papel fundamental en nuestra calidad de vida. La movilidad basada en vehículos de combustión es una de las principales causas de la contaminación atmosférica, mientras que el uso de la bicicleta como medio de transporte puede contribuir a mantener bajos los niveles de contaminación y preservar la calidad del aire que respiramos.
Campañas por toda Europa como ”Espacio para Respirar” de Clean Cities (https://cleancitiescampaign.org/) nos recuerdan que es necesario conquistar el espacio público, apelando a que el cambio climático de origen humano no espera y debería estar por encima de intereses partidistas o cálculos electorales. De no ser porque los poderosos intereses económicos asociados a las inercias que más se oponen a esos cambios también lo están.
Al elegir la bicicleta como alternativa de desplazamiento, estamos tomando medidas concretas para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades.
Mediante alianzas podemos crear entornos más limpios y saludables para todos.
Por otro lado, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico está trabajando en la actualización de diversos aspectos, como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la Directiva de Calidad del Aire y las directivas de eficiencia energética y de eficiencia energética de edificios. Estas acciones demuestran la importancia de contar con el compromiso por parte de los gobiernos en abordar la crisis climática y promover la sostenibilidad en todas las áreas.
Sin embargo, todavía existen desafíos pendientes, como avanzar en el desarrollo regulatorio de una Ley de Movilidad Sostenible y la necesaria reforma del Reglamento General de Circulación para alinearse con los estándares europeos. Es importante destacar que algunos cambios normativos en otras ciudades europeas han enfrentado resistencias políticas y judiciales, impulsadas por una oposición reaccionaria a los avances en movilidad y a la sostenibilidad.
En este contexto, 33 entidades europeas de la Federación Europea de Ciclistas (ECF) propone ante la Comisión Europea declarar el próximo año 2024 como Año Europeo de la Bicicleta, reclamando de los gobiernos nacionales una atención especial en la formulación de políticas fuertes que permitan avanzar con mayor celeridad en los retos climáticos asumidos para 2030. Es el momento de la bicicleta, de defender los avances conseguidos y de mirar más allá, gobierne quien gobierne.
CONCLUSIÓN
Es fundamental que las administraciones públicas continúen escuchando a las organizaciones del ecosistema ciclista, ya que aportan una valiosa experiencia en el uso de la bicicleta. Es necesario seguir avanzando en los proyectos ya iniciados e impulsar la transición modal hacia medios de transporte social y ambientalmente más respetuosos. Esto implica desarrollar servicios y redes de infraestructura que cumplan con los estándares técnicos europeos y garanticen la equidad en el acceso al derecho a la movilidad y una mayor justicia ambiental.
El futuro de nuestras ciudades depende de nuestras acciones presentes. La bicicleta representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida, promover la sostenibilidad y enfrentar los desafíos ambientales y climáticos que afectan a todos. Sigamos trabajando en colectivo para construir un futuro más saludable y sostenible para las generaciones venideras.